Luego de la disolución del Congreso de Anáhuac, una Junta se encargó del gobierno, aunque en realidad fue poco reconocida por los jefes insurgentes.
Además, líderes como los hermanos Orsono, Vicente Guerrero, Antonio Torres y Gordiano Guzmán tenían poco contacto entre sí, y en ocasiones se hallaban enemistados.
Ésta era la situación en 1817 cuando Xavier Mina, un joven militar procedente de Navarra, España arribó a Nueva España junto con fray Servando Teresa de Mier para luchar contra los realistas, pero no encontró apoyo de los grupos insurgentes, por lo que pornto fue apresado y fusilado.
La guerra continuó y los oficiales del ejército español aprovecharón la situación para adquirir mas poder. El nuevo virrey de Nueva España, Juna Ruiz de Apodaca, tenía poca autoridad sobre los jefes militares de las provincia, quienes tenían más fuerza e influencia que éste en sus regiones. Tal era el caso de José de la Cruz, capitán general en Guadalajara, y de Joaquín Arredondo en Monterrey y lo mismo puede decirse de otros comandantes y oficiales.
En 1820, en España algunos sectores del ejercito se rebelarón para exigir al rey restablecer la Constitución de Cádiz. Fernando VII convocó de nuevo a las Cortes y restiuyó la Constitución. las reacciones fueron diversas y unos temían que las Cortes los castigarán por haber apoyado la abolición de la Constitución en 1814.
Las leyes liberales propiciarón cambios políticos: en pueblos, villas y ciudades.
Gracias a la libertad de prensa se pudieron expresar ideas a favor de la Constitución de Cádiz, e inclusive algunos escritores sugirieron que para gozar de todos los derechos constitucionales era necesario romper relaciones con España.
Patty Hernández 2°a
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